domingo, 19 de febrero de 2012

La moral

Nadie que detente el Poder, en ningún campo, ya sea político o empresarial, puede atenerse a normas morales, porque el Poder de suyo es una imposición antinatural para un ser inteligente y reflexivo como el humano.
Un jefe que pretenda gobernar con arreglo a leyes morales no es hábil y, por tal, no esta bien afianzado en su asiento.
Todo el que quiera detentar el Poder debe recurrir al engaño y a la hipocresía; para ello el honor y la sinceridad se convierten en vicios que despachan a un aspirante más pronto que sus mayores enemigos.
La moral es para la gente común.
Los poderosos bajo ningun concepto se sienten comprometidos con ellas.

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